Habia creado un plan estupendo, lo pusimos en marcha, Dalila nos dio su barrita y nos acercamos a Rachel y a su sequito de pijas, empece yo.
_Hola, Rachel, hemos reflexionado y queremos acabar con la pelea, podriamos ser muy buenas amigas. Ademas, te queremos ayudar.
_¿Con que? -ha preguntado dudosamente.
_Sabemos que quieres bajar tu peso, asi que te queremos dar esto -y le enseñe la barrita-, si comes solo estas barritas durante una semana, bajaras 10 kilos ¡Te adoramos tanto que queremos que estes sana!
_¿En serio? ¡Vaya, gracias! -dijo ella sorprendida-, dame eso -y me quito la barrita de la mano, se la comio casi de un bocado.
_¡Oh, chicas! Sois ideales -dijo despues de comerse la barrita-, antes, mosquitas muertas y ahora... ¡Os adoro! En fin, tendreis que mejorar mucho para ser de mi club, pero... Podre hacer una expepcion.
-¡Oh, que monas eres! -he exclamado con un tono de voz muy falso.
Nos hemos alejado. En unos dias, Rachel se pondria como una foca, y nosotras nos reiriamos en su cara.
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